Nitín Troncoso

Nitín Troncoso
Nitín Troncoso Nació en la ciudad de La Romana, República Dominicana, el 29 de junio de 1938. Realizó estudios superiores en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde obtuvo el título de Profesora en Biología. Ejerció el magisterio por 30 años, colaborando durante este período en la formación y educación de los niños y jóvenes de su pueblo natal. Laboró en el sector oficial (Escuela Primaria Mercedes Laura Aguiar y en el Liceo Arístides García Mella) y en el sector privado (como profesora y luego directora del Colegio Episcopal Todos Los Santos) Fue subdirectora administrativa del departamento de Bienestar Estudiantil del Ministerio de Educación. Cofundadora de la escuela Niños Meridianos, conjuntamente con la profesora Luisa Lamouth de Robles. Estudió artes en la escuela de pintura de la profesora Clelia Genao; participa en los talleres culturales que imparte el Ministerio de Cultura, bajo la dirección del maestro y Gestor Cultural, poeta Ramón Saba. Sus poemas han sido publicados en las antologías Poetas de la Era, volúmenes 1, 2 y 3; Sonetos Dominicanos del siglo XXI; Abrazos del Sur 2015 y en el poemario Vetas de Fuego.

viernes, 27 de julio de 2018

Espejismo

                           
Quise asir lo intangible mi sueño fue el soporte
y en un mar de imposibles mi barca zozobró
navegando en lo ignoto pensé alcanzar un norte
aferrándome a un puerto que en mí, fe recobró.

Me acerqué a la deriva rendida y sin aliento
sin oír el murmullo rugiente de las olas
no escuchaba el alerta de voces que da el viento
de las aves canoras y de las caracolas.

Sin avisos llegaste sin darme apenas cuenta
y quedó prisionero de ti mi corazón
para luego marcharte no importa cuánto sienta,
espejismo mi norte que nubla la razón.

Y recuerdo aquel sueño que un día se apagó
y en un mar de imposibles mi barca naufragó.
                                                               
©Nitín Troncoso.

¡Libertad!


La noche cerró sus brazos de enrejados crespones.
A través de su ombligo se filtraba la luna.
Solo un rayo fulgía en la faz de sus pliegues
rompiendo la penumbra,
fragmentando las sombras.

Persistente, la lluvia besaba el pavimento.
Furtiva y sollozante deambula una silueta
y el farol que sin lumbre se abrazaba a la calle
cobijó la figura de pisadas descalzas.

Trémula, indefensa, la recibe el asfalto
repleto de humedad
llevando solamente como equipaje frágil
la extensa cabellera de rasgos azabaches
que protegió su cuerpo de toda desnudez.

Camina presurosa levantando la frente.
A sus pies cae la venda que opacaba sus ojos.
Vislumbra en la alborada la claridad del día
descubre el horizonte,
                                 se abre al porvenir.

©Nitín Troncoso