Nitín Troncoso

Nitín Troncoso
Nitín Troncoso Nació en la ciudad de La Romana, República Dominicana, el 29 de junio de 1938. Realizó estudios superiores en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde obtuvo el título de Profesora en Biología. Ejerció el magisterio por 30 años, colaborando durante este período en la formación y educación de los niños y jóvenes de su pueblo natal. Laboró en el sector oficial (Escuela Primaria Mercedes Laura Aguiar y en el Liceo Arístides García Mella) y en el sector privado (como profesora y luego directora del Colegio Episcopal Todos Los Santos) Fue subdirectora administrativa del departamento de Bienestar Estudiantil del Ministerio de Educación. Cofundadora de la escuela Niños Meridianos, conjuntamente con la profesora Luisa Lamouth de Robles. Estudió artes en la escuela de pintura de la profesora Clelia Genao; participa en los talleres culturales que imparte el Ministerio de Cultura, bajo la dirección del maestro y Gestor Cultural, poeta Ramón Saba. Sus poemas han sido publicados en las antologías Poetas de la Era, volúmenes 1, 2 y 3; Sonetos Dominicanos del siglo XXI; Abrazos del Sur 2015 y en el poemario Vetas de Fuego.

domingo, 23 de octubre de 2016

Otoñadas, De Nitín Troncoso a su poesía. Prólogo escrito por Ramón Saba

Portada

Sincronizar nuestros pasos con los de otros colegas es similar a encauzar nuestros rumbos cabalgando en un matrimonio intelectual. Eso me ha pasado desde el mismo día que conocí a la poeta y pintora Nitín Troncoso. Conocerla y olfatear la gracia de su vocación artística fueron apéndices que de inmediato produjeron una energía estática que hizo sinergia con mis instintos: Descubrí en ella un territorio fértil para la creación literaria.
Su grandeza espiritual y sus dotes de gente amable, educada y respetuosa, son atributos que encajan a la perfección con individuos que buscan la especialización sin reparos. Su receptividad y apertura siempre prestas a la formación, conjugadas inteligentemente con la lectura, el esfuerzo y la dedicación, produjeron los resultados que hoy disfrutamos en este libro.
La diversidad de subgéneros, que con grandilocuencia produce Nitín Troncoso, sólo es posible conquistarla cuando las miradas se centran en buscar y aprender más del oficio que nos apasiona, en este caso la poesía, sin ocupar nuestras mentes en tantas esferas del saber para las que el tiempo de vida no nos alcanza, como bien expresaba Aristóteles al pregonar que "El aprendiz de mucho es maestro de nada".
El soneto, que como sabemos es la estructura poética que más trabajo exige, encuentra en la sutil pluma de Nitín a una cultivoda exigente y pulcra, capaz de producir versos de tan difícil musicalidad como los alejandrinos; agregándoles acentuación interna constante a las tercera, sexta, novena y decimotercera sílabas de cada verso; respaldarlos con una rima consonante perfecta: bañarlos con preciosas y oportunas imágenes y hacerlas navegar en un contexto que conmueve, como es el caso del soneto Espejismo:

Quise asir lo intangible, mi sueño fue el soporte
y en un mar de imposibles mi barba zozobró
naveganco en lo ignoto pensé alcanzar un norte
aferrándome a un puerto que en mí, fe recobró.

Otro ejemplo de los sonetos producidos por la poeta Nitín Troncoso que merece una mirada acuciosa es Incursión, porque tiene una construcción acorde al clásico formato Melódico, o sea acentuación interna en la tercera, sexta y décima sílabas de cada verso, como acostumbraban producir poetas de la talla de Luis de Góngora y Garcilaso de la Vega:

Quiero hacer un soneto dulce anhelo,
Esta métrica, y rima me limitan
versos libres pensé que facilitan
como aquellos que llevan hasta el cielo.

Otro de los subgéneros de la poesía que Nitín cultiva con destreza es la décima espinela, canto popular que tiene también unas reglas, muy definidas y que ella maneja con gracia y estilo, tal y cual lo han hecho algunos grandes artífice dominicanos de esta línea poética, como Juan Antonio Alix, César Sánchez Beras y Huchi Lora, entre otros, y que podemos apreciar en su composición Costumbres dominicanas

Al depuntar la mañana
saqué de adentro el yo niña
me dirigí a la campiña
al rancho de doña Juana.
Me interné por la sabana
y tras el canto de grillos
y el trinar de pajarillos
me encaminé hasta el bajío
donde sonriéndome el río
libró mis pies de cadillos.

Son abundantes los poemas escritos por ella en el formato de versos libres publicados en esta obra, los que gozan de especial revisión de mi parte en procura de cuidar la cadencia, el ritmo y la ambientación, así como de la elección de temas ya que estos trabajos son reflejos de su íntima convicción y proximidad... cabe referirse a uno de esos textos que reza:

sollozaba el viento pues aquel abril se suicidó la primavera.

O quizás trasmutar anhelos reprimidos para nadar entre espumas eróticas y entonar sutilmente:

Cuando en lo absurdo inmersos
preñados de humedales
yo cauce, tú torrente
entrelazamos sueños
conjugando deseos en batallas de fuego.

Nitín ha abordado con magistral singularidad la poesía oriental y aunque no forme parte de este volumen, sus bien logrados haikus, tankas y senryús seguro que protagonizarán posteriores entregas.
Colofón interesante de esta poeta es la aleación conceptual existente entre sus escritos y su relación familiar, porque a ambos los protege con celo inefable, a tal extremo que así como es de rigurosa en el cuidado de sus parientes, así de rigurosa lo es también en la construcción de sus poemas, por eso a la vez de ser llamada Mamá Gallina por sus parientes, en el sector literario deberíamos llamarla Mamá Poema.
Es totalmente perceptible que en la poesía de Nitín Troncoso, la musicalidad de sus versos fluye como el batir de cuerdas en el arpa de una orquesta sinfónica, interpretando los acordes que afloran en el atardecer de su vida, porque su canto es un grito que entona todas sus OTOÑADAS.

Ramón Saba

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