Maternidad del pintor español Vicente Romero |
¿Por qué nunca te dije que te sentía tan bella?
Que observaba a distancia, el brillante azabache
de tu pelo en cascada, como alas al viento
que al porte de tu cuerpo navegaba en tu espalda
en contraste festivo de tus ojos de miel.
Que soñaba en mis noches con tu dulce regazo
el calor de tus manos, tus caricias, tus besos
y la canción de cuna que se grabó en mi pecho
conservada en el tiempo, para cantarla luego.
Que me envolví en la forma
de oprimir en tus dedos
mi vestido raído y el brillo de la aguja
dibujando espirales, esfumados al aire.
Que en los días de frío
esperaba con ansias, lo humeante de aquel caldo
el pan sobre la mesa, la leña y el café
saturando de aromas, el olfato del viento.
Que disfrutaba tanto, el uniforme caqui
tachonado en engrudo, fiel soldado valiente
que siguiendo mis pasos, me acompañó a las aulas.
Que seguí tus consejos y acepté tus regaños
y hoy los llevó por normas
como llave de oro, que guarda mis memorias
y rige mi existir.
Quizás nunca te dije
que admiraba tu temple, de mujer abnegada
tu corazón gigante
y la sonrisa tierna, que enmarcaba tu rostro.
©Nitin Troncoso
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